01 Las garras son mis ojos, Los que eran de cualquier otro, Y en la osadía de mi madrugada Los instalé de súbito en mi cuerpo. Ojos renacidos de no morir Donde la muerte les visita la gravedad. 02 Instantáneos y profundos como la nostalgia: Nocturna matinal arenosa e incómoda. Los lobos las aves las hojas y la mirada de un pozo, Laberinto circular de mis pasos felinos. El tigre de los gritos de mi cuerpo Arrastrar y no oír. Deshojo Sin saberlo, el intento en mi cara. Mi Sonrisa no tiene que decir. 03 Los Tigres de vuelos no vistos, No hay como ver la altura de lo imprevisto; Ni como huir la huida de los que tienen hado; Ni como ser luz de lo que perdió la vista, Sin ser brillo y entorpecer. Los designados nunca son enteros Cargan en sus pasos, pies desgarrados: Las piernas y los hechos y los dolores. 04 No hay destino exacto para la semilla en el desierto. Para implacable incertidumbre despierta. ...
"Só voa quem de céu é feito" Julio Urrutiaga Almada